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¿Qué especie animal ha estado viva por más tiempo en la Tierra?

Al observar cocodrilos, crustáceos o incluso insectos que existieron hace millones de años, quizás te hayas preguntado: ¿qué especie de animal lleva más tiempo en la Tierra? Entre los fósiles vivos y parientes cercanos de criaturas extintas, es difícil generar una respuesta satisfactoria, pero la ciencia conoce algunos animales que no han cambiado mucho con el tiempo, como el camarón renacuajo (Triops cancriformis), elegido por el Libro Guinness de los Récords en 2010 como la criatura más longeva del planeta.

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La cuestión es que el mundo cambia constantemente, desde el nivel de oxígeno atmosférico hasta la temperatura de los mares e incluso el paso del tiempo. Esto genera una adaptación constante de las especies que viven en los más diversos ambientes, tanto para resistir mejor el clima de la región como para escapar de los depredadores o capturar de manera más eficiente sus propias presas.

El pionero actual: ¿ha cambiado o no?

El notostraca, o camarón renacuajo, es una criatura que luce un caparazón de crustáceo cuyos primeros fósiles se remontan al período Triásico, hace entre 251,9 y 201,3 millones de años. Su cuerpo tiene forma de pala y, curiosamente, es perfecto para cavar el fondo de las piscinas temporales del océano donde viven. Mirando desde fuera, realmente nos parece que el animal no ha cambiado en absoluto durante millones de años.

Sin embargo, los estudios realizados desde 2010 muestran que T. cancriformis ha seguido modificándose bajo la cáscara, divergiendo hacia formas imperceptibles para el ojo humano y detectables sólo mediante pruebas de ADN. Las especies específicas que vemos habitando los mares hoy en día son meros descendientes del camarón renacuajo del pasado, que mantienen la misma forma durante un máximo de 25 millones de años; investigaciones más conservadoras las sitúan hace apenas 2,6 millones de años.

Se podría pensar que otros fósiles vivientes famosos podrían competir con la notostraca, ¿verdad? Para los interesados ​​en el tema, es fácil recordar al celacanto, una especie de pez considerada extinta desde el Cretácico (hace 66 millones de años), cuando se encontraron sus fósiles en 1800. En 1938, se capturó un celacanto vivo frente a la costa. de Sudáfrica, muy similar a sus ancestros, hace 400 millones de años.

Bueno, los celacantos realmente se extinguieron, o al menos los antiguos, de cientos de millones de años. Las especies vivas actuales tienen sólo entre 20 y 30 millones de años, al igual que otro competidor, el cangrejo herradura, una especie que tiene 480 millones de años. Los más antiguos que existen hoy en día (Tachypleus) tienen en realidad 25 millones de años.

¿Cómo definir un fósil viviente?

El gran problema es definir exactamente dónde se podría trazar la línea del cambio de especie, ya que las mutaciones definitorias pueden pasar de una generación a otra sin grandes diferencias durante mucho tiempo, lo cual es complicado, más aún cuando especies genéticamente similares se aparean, generando animales híbridos. . Basándose en estudios de fósiles, los científicos estiman que una especie puede durar entre 500.000 años y 3 millones de años antes de ser reemplazada por un descendiente con diferentes adaptaciones o extinguirse.

Además de la competencia entre especies que consumen el mismo tipo de alimento en un espacio compartido y la necesidad de escapar de los depredadores, las especies en evolución también están a merced de su entorno. Cuando su hábitat sufre un cambio repentino y considerable de temperatura o ecosistema, la especie se ve obligada a migrar a un lugar similar o adaptarse: de lo contrario, perecerá, extinguiéndose rápidamente.

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Este cambio constante en la dinámica de las especies dificulta que un animal concreto sea considerado un “fósil viviente” o una especie que ha estado viva durante muchos millones de años, ya que implica la idea de que ha dejado de evolucionar, lo que nunca es cierto. . ¿La salida? Cambiando las definiciones del término, según propone la bióloga evolutiva África Gómez. Es mejor utilizar el término “fósil viviente” para definir especies con características específicas, con tasas de evolución más lentas y algunos rasgos evolutivos constantes.

Gabriel Lafetá Rabelo

Padre, esposo, analista de sistemas, web master, dueño de agencia de marketing digital y apasionado de lo que hace. Desde 2011 escribiendo artículos y contenidos para la web con enfoque en tecnología,